domingo, 25 de octubre de 2009

Confesiones en Halloween


En medio de una habitación simple y desordenada, con decoración rústica, amueblada de forma clásica en una preciosa madera de abeto y repleta de un desorden caótico causado por miles de libros. En ella se encontraba un hombre alto, de pelo largo y rubio con cara de pocos amigos que vestía una gabardina de cuero, unos pantalones vaqueros bastante gastados y portaba cómodamente un cigarro encendido entre sus labios. En ese momento el sonido de un pequeño “clic” y el inicio de la reproducción de una de las ya no utilizadas cinta de “caset”.

[...]

“Dos de noviembre del dos mil ocho” - Empezaba diciendo una voz grave y completamente firme.
Mi nombre es Jon Moody . Soy el psiquiatra encargado del ala de potenciales suicidas del Hospital Manuel Escudero de Madrid. Hoy he tenido mi última charla con el paciente número doscientos sesenta y nueve. Por primera vez se presentaba medianamente tranquilo y sin alusiones consecutivas a sus deseos de terminar con su propia existencia. Creo que he conseguido algún tipo de avance, pero todavía no se de que magnitud.

Tras otro “clic” la grabación se detuvo, mientras el hombre de la gabardina cambiaba la cinta por otra de las que tenía encima de la mesa.

...Continuará.

domingo, 24 de mayo de 2009

El amor al cincuenta por ciento.

Quizás no todo sea blanco o negro... pero en lo referido al amor, al menos al que ha ido apareciendo en mi vida, si.

Supongamos que el color blanco sea el primer 50% y el negro el 50% restante.
En la parte blanca, situariamos la parte bonita del amor, cuando es correspondido, cuando sale bien, cuando dura, cuando te hace feliz, cuando disfrutas, cuando lo compartes... ya todos saben que cosas irían en la parte blanca...
Y en el lado negro, situaríamos las infidelidades, el sufrimiento, las separaciones, la distancia, los entrometidos, los celos, y sobretodo, el amor no correspondido.

Y que cojones, odio pertenecer al lado oscuro.

lunes, 2 de marzo de 2009

Elecciones y votación

Como en el caso de muchas otras personas, estas elecciones autonómicas eran, para mi, la primera ocasión para ejercer el derecho al voto.

No me preocupa ni avergüenza admitir a quien voté y mis razones para ello, pero por respeto a quienes tengan otra forma de pensar, y quizas se conviertan en mis lectores por un instante, me lo callaré.

He de remarcar, que en el instante en que el echas el sobre felizmente, y uno de los pobres funcionarios elegidos para pasarse el dia en una incómoda silla soportando las decisiones pseudosecretas de una gran parte de la ciudad; dice el número que corresponde a tu nombre y documento nacional de identidad. En mi caso, no se por qué, se quedó callado y poco después descubriría que se debía unica y exclusivamente a que por una u otra causa, mi número era el 666. Resulta gracioso, ya que nunca he creido en nada relacionado con Teología, ni dioses, ni demonios, ni paranoias similares, pero desde luego, es un detalle a recordar, de la primera vez que voto.

Y con esta estúpida, sin sentido y mal "arrejuntada" escritura, abro Lágrimas muertas de un sollozo que se suicidó. Un blog que no se cuanto durará en activo.